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lunes, 25 de marzo de 2013

El fuego y los árboles




Aprovechando la mañana tan magnífica que hacía ayer, y como me queda poco tiempo para poder disfrutar del campo (las putas alergias a las gramíneas me van a devorar) me subí a hacer un poco de ejercicio al monte.

Así que hoy toca un poco de naturaleza

En caso de incendio los árboles “reaccionan”  de tres formas diferentes.

Los pinos (todas las pináceas) se reproducen bestialmente. La piña estalla por el calor, disemina los piñones y produce una germinación brutal. Un pinar como los que teníamos, con dos mil pinos por hectárea, puede llegar a dar paso a uno con treinta mil brotes. O sea, de cada pino salen quince. ¿Qué problema hay?, pues que si se repite el incendio antes de la madurez de los nuevos árboles no hay piñas que puedan estallar, con lo cual el pinar se extingue.

Las encinas, coscojas y tamarices son mas cabezonas, simplemente vuelven a brotar de las mismas raíces y con más fuerza que antes.

Lo más curioso son los cipreses y las sabinas ¿Que qué hacen? Negarse a arder. Son prácticamente ignífugas. De hecho, en el levante se están planteando meter pantallas de cipreses como defensa para los incendios y evitar su propagación.

Os dejo una foto de servidor con una coscoja de las que quemó el incendio de 2.010. Fijaos en tres años que porte tiene ya (la coscoja, no yo). Y otra con uno de los pinos que han brotado tras ese incendio. Me juego un café que este pino me va a llegar a la barbilla en octubre.

Y un enlace a lo de los cipreses. Curioso.


Otro día os contaré como “reaccionan”  las acacias en África cuando un rebaño de  jirafas entran a alimentarse en ellas. Muuuuy curioso

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